DERECHO A DECIDIR

Los acontecimientos actuales rebosan de irracionalidad, la Consejera de la Sanidad Valenciana, Carmen Montón, emprende su cruzada personal contra la homeopatía y otras terapias complementarias remitiendo una instrucción a todos los departamentos recordando que están excluidas de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud.

Además ha enviado una carta a la actual Ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, pidiendo una retirada del reconocimiento de los productos homeopáticos como medicamento.

Hay que recordar que los productos homeopáticos fueron reconocidos como medicamento por el Real Decreto 2208/1994, fruto de la trasposición de la Ley Europea del medicamento que obviamente también los considera medicamentos en todos los países de la UE.

Dicho esto, es alucinante que por falta de conocimientos suficientes un responsable de la Sanidad Pública lance semejante ataque en contra de la homeopatía.

Bajo el paraguas de una “supuesta falta de evidencia científica” tanto Carmen Montón, con un numeroso grupo de escépticos, están llevando la situación homeopática a niveles nunca vistos en la historia de la sanidad europea.

En primer lugar y sin olvidar que España todavía pertenece a la Unión Europea no se puede entender que alguien pretenda inducir al Gobierno a contradecir lo que la UE determinó de forma legal hace años, tampoco se entiende el intentar cortar el derecho a la libre circulación y libre elección en un mercado europeo que se fundó precisamente para que todos los ciudadanos de la UE pudiéramos elegir libremente la mejor opción para nuestra salud (entre otras muchas cosas).

Parece ser que de los Pirineos hacia arriba existe otro mundo, un mundo donde la homeopatía si funciona,  un  mundo donde las personas ejercen decisiones basadas en el sentido común más primario, prevenir y poder tratar la salud de forma integral, en definitiva llevar una vida sana y a ser posible próspera y para ello resulta que la homeopatía tiene y ha tenido un papel para ayudar a muchos a alcanzar sus objetivo, no por ello descartando el resto de posibilidades que la medicina y la ciencia ofrecen.

Pues bien vayamos pensando en una España que se desmarca , que quiere ir por libre, que sus políticos y líderes de opinión ajenos al resto de Europa no actúan en consecuencia, solo escuchan o se dejan asesorar por escépticos y como resultado promueven fomentar un futuro sin derechos y sin libertades en materia de salud, simplemente esclavos del sistema, si o si.

Esperemos no tener que ir a Andorra (o más allá) a comprar medicamentos homeopáticos, o para hacer yoga  o acupuntura,  pues al paso que vamos acabaremos haciendo el ridículo más espantoso.